Quienes
fueron o son amantes del Giallo italiano (movimiento de films de terror de la
década del setenta encabezado por Dario Argento) era más que obvio que se iban
a arrojar sin pensarlo a la experiencia de elegir Masks entre sus películas de
BAFICI 2012, ya que el Teaser no sólo muestra una historia con todos los
elementos del género, sino que, además, guarda celosamente los cánones
estéticos de aquellas, tornando de ese modo mucho más rica la experiencia.
Lo cierto
es que como espectador, ya desde antes de entrar a la sala se presiente un aire
Argentiano (si es que se me permite el epíteto), bien sea por el póster que
evoca ciertas reminiscencias al estilo o bien por los primeros minutos de la
proyección en los cuales todo indica que la gracia del cine ha encontrado al
sucesor del maestro italiano, sensación que se desvanece con el correr del
relato y termina como hielo derretido al final de la pieza.
Masks
cuenta la historia de Stella, una joven berlinesa estudiante de teatro que
viene de vivenciar una mala racha respecto de las audiciones a las que asiste
para obtener un papel en cualquier compañía que la contrate, aunque se trate de
algo pequeño. Lo cierto es que en la última en la que se presenta, pese a ser
desestimada por un jurado de notables académicos, uno de ellos se apiada de su
frustración y le aconseja que visite una escuela en las afueras de la ciudad en
la que un grupo de profesores polacos llevan a cabo un método de estudio creado
por el fallecido Matteusz Gdula en la década del 70 y que causó mucho auge entre los jóvenes de entonces.
Así es como
la joven asiste a la escuela y tras tener una extraña entrevista de admisión con
un grupo de profesores no menos extraños que el lugar, comienza un derrotero
bizarro en el cual no faltarán las persecuciones, los tormentos, los personajes
que parecen una cosa y en realidad son otra y un corolario importante de
elementos que no pueden faltar a la hora de pergeniar una historia de esas
características.
Pero lo
cierto es que si bien la historia posee un planteo interesante (incluso los
primeros minutos se tiene la sensación de estar viendo Suspiria de Argento, en
la cual la talentosa bailarina Susy Bender llega a la escuela de estilo
medieval para quedar a merced de una mente macabra que noche a noche se alza
con el cuerpo de las bailarinas que allí llevan a cabo sus estudios) con el
discurrir de tiempo va perdiendo su forma hasta terminar en una imprevisible (y
por momentos hasta incoherente) derivación del relato.
Desde lo
técnico, la película tiene sus aciertos en algunas actuaciones (muy pocas), en
la elaboración de la estética (sobre todo cuando se realizan los flashbacks que
evocan el pasado en el cual se llevaba a cabo el extraño método de
entrenamiento de actores) y sus peores fallas en el sinfín de escenas de mal gusto
que nada aportan a la historia y que, muy por el contrario, la alejan del
espíritu que se quiso mostrar cuando se la estructuró en el guión.
Por todo ello, Masks es una película poco memorable. Si bien ha coscechado un buen número de premios (todas menciones especiales en festivales de segunda línea en Europa y ninguno por competencia oficial en festivales internacionales de primer nivel) no es de las mejores propuestas que ha dado el género en los últimos años (en este sentido es innegable el espacio alcanzado por los orientales y por España misma).
La recomendación es tenerla como un plan B para el caso de que algunas de las otras que tengan en lista no las puedan ver, o bien por que no consiguen entradas (algo muy común en los BAFICI sobre todo si no se compran las entradas online) o ya sea por que se pierdan las funciones, algo muy común, sobre todo cuando se tienen varias opciones para ver.
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